Al poco de dar las nueve de la mañana hemos salido hacia Bilbao, por la general, hasta llegar al ayuntamiento, donde habíamos quedado con Mikel. Hemos llegado con tiempo al Guggenheim, y después de hacer la foto de salida, nos hemos acercado a la linea de salida, donde nos hemos encontrado con Xabi y Yolanda.
Después del minuto de silencio a la salida, hemos empezado a pedalear despacio. La marcha ha estado neutralizada para que todos los ciclistas fueran en grupo, y los de Basahuntzak hemos ido en dos grupitos. A pesar de ir lentamente y a tirones, ha sido emocionante y entretenido. Es fascinante poder ir ocupando los dos carriles del mismo sentido en la carretera general, para revindicar mayor respeto y cuidado por parte del resto de los conductores. Además, esperamos que sirva para sensibilizar a la gente, porque el sábado hubo otro ciclista atropellado en Urduliz, al que le tuvieron que trasladar en helicóptero al hospital.
Para ser gratis ha estado bien organizada, con policías y organizadores en casi todos los cruces. Al llegar a Durango nos hemos reagrupado y han leído el manifiesto, pero no hemos escuchado nada porque estábamos lejos.
A la vuelta, algunos que llevaban bici de carretera han decidido alargar un poco la ruta, y otros hemos vuelto a Etxebarri. Dioni quería probar que no estaba en baja forma después de la temporada de caza, y hemos ido unos cuantos intentando seguir la rueda de su Cube, mientras que otros han preferido ir más tranquilos.
Cuando hemos llegado a Aperribai, 6 de los que íbamos hemos decidido subir al Ganguren, y poco a poco hemos llegado al Vivero, por la pista que pasa por la presa y llega hasta el campo de Golf. Allí hemos tomado unos refrescos y unas patatas bien merecido y hemos bajado hasta casa.
La próxima salida será el 31 de diciembre, la subida al Ganguren como todos los años, y luego podemos ir al txoko de Rober a picar algo.
