domingo, 28 de noviembre de 2010

Crónica de la salida a Pico Cerredo

Nos hemos reunido en la plaza del ayuntamiento Iñigo B, Alberto, Richard, Agus y yo, pero como los dos primeros han visto que llovía e iba a hacer frío, se han retirado y al final hemos ido tres.


Después de aparcar el coche en el comienzo de la ruta, hemos calentado un poco por unos caminos de la zona rural de Sámano y nos hemos mojado nada más empezar. Sin embargo, hemos visto un doble arco iris y hemos disfrutado de la tranquilidad del paisaje y el sonido de los arroyos.

Una vez calientes, hemos subido poco a poco por las exigentes cuestas hasta la ermita de la virgen, donde hemos tenido la oportunidad de disfrutar de las vistas espectaculares que ofrece. Con el chubasquero en la mochila, Richard y yo hemos sido capaces de subir unas buenas pendientes montados, pero hemos ido los tres más o menos juntos.


Para cuando hemos visto la nieve, ya teníamos los dedos de los pies congelados y las manos apenas las podíamos mover, porque pese a llevar guantes largos, cuando se mojan no valen para nada. Así que yo he decidido cambiar y ponerme los guantes de lana, y hemos seguido adelante hasta una cuesta en donde nos hemos tenido que bajar de la bici.


Cuando la nieve ha empezado a ser más abundante, hemos tenido dificultades para pedalear sin resbalarnos, pero como no había mucho desnivel, hemos podido seguir montados. Aunque en el último tramo hacía mucho frío, nos lo hemos pasado muy bien atravesando charcos de nieve y barro, y así hemos llegado hasta la base de la cima. Como no teníamos ganas de pasar más frío, hemos llegado hasta donde se puede subir en bici y luego nos hemos dado la vuelta.


Un poco más de aventura bajando por terrenos muy abruptos hasta llegar al camino, y el resto de la bajada ha sido rápida y fácil, aunque Agus casi se desvía en un cruce. Nos hemos cambiado en la furgoneta y después nos hemos tomado un caldo en el mesón Chimbo, que ha sentado muy bien. Por último, en la gasolinera de Etxebarri hemos aprovechado para echar diésel y lavar las bicis. Perdón, pero se me ha olvidado devolveros la cámara, así que si queréis que os la lleve a casa, decidme dónde vivís.

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